1967

Tropilla Sureña

Prólogo

HACE más de veinte años que Pedro Boloqui viene expresando en versos su devoción por los hombres y las cosas de nuestra tierra. “Tropilla Sureña” su último libro que ha tenido la gentileza de dedicarme, incluye los mejores pingos salidos de su diestra mando de Domador, que le permite someter las ideas a las exigencias de la métrica y de la rima, sin despojarlos de ese impulso primario que es prueba de autenticidad. El autor de “Viento Arriba” posee una indudable fuerza descriptiva. Esa aptitud y un cabal conocimiento de los temas que aborda, le han permitido lograr paginas como “Escuela Gaucha” que juzgo un acertado retrato de la faena en que el gaucha hace derroche de destreza y de coraje.

Pedro Boloqui es además un profundo conocedor de la psicología y de los sentimientos del hombre de campo, según puede apreciarse en “Bagualada”, una de sus más difundidas producciones. Deseo por último dejar constancia de mi reconocimiento por su honrosa dedicatoria y comprometer al poeta para que nos siga regalando las artísticas expresiones que fluyen de su espíritu, destinadas a exaltar la vida, las costumbres y los valores del ciollo sureno.

Buenos Aires, agosto de 1962
S. H. Rocca

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Obras

Pedro Boloqui publicó cuatro libros sobre tradiciones argentinas durante su vida, el úlitmo con una reedición en 2007.
También escribió partituras musicales y obras de teatro.

Viento Arriba 1940

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Viento Arriba
1940
De vuelta y media.

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Vuelta y media
1946
Azulejos, 1953

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Azulejos
1953
Tropilla Sureña edicion 1967

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Tropilla Sureña
1967.
Tropilla Sureña edicion 2007

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Tropilla Sureña
2007 Reedición
Partituras

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Partituras y Obras de teatro

TU

(A mi querida esposa, Ana Maria Piccolo de Boloqui)

Tú que sos esposa amada
Grato sol de mi existencia
De las ternuras esencia
Y de mis sueños almohada;
Tú que siempre desvelada
Junto a mi lecho estuviste,
Sin que yo te viera triste
Aún de dolor consumida,
Me contagiabas la vida
Que en tu noble amor existe.


Siempre solícita y buena
Fuiste piadosa enfermera,
Siempre anhelante en la espera
De verme sano y sin pena,
De todo vives ajena
Por estar siempre a mi lado
Cuánto, cuánto me has cuidado
Con amorosa inquietud
Qué bella y santa virtud
Dios a tu pecho le ha dado!


Gracias mil, esposa mía!
Con nada puedo pagarte
Más que con este adorarte
Que te ofrenda mi poesía.
Lo eres todo, y todavía
En tan desmedido dar
Gloria diste a nuestro hogar
En tres hijos: tres capullos
Que tienen los dones tuyos
Hasta en el dulce mirar!


Deja pues, que a mi manera
Te dé mi agradecimiento,
Con el puro sentimiento
De una alma que te venera
Abnegada compañera
Madre tierra, fiel esposa,
Por tí ya la hora brumosa
De las angustias se fue
Y has renovado mi fé
Con tu antorcha luminosa!


Pedro Boloqui, Agosto 1967