Don Pedro Boloqui, inquieto y observador desde su niñez. Comienza a publicar sonetos y poesías en revistas y diarios de la zona hacia 1933.
En 1940 publica su primer libro de poesías camperas “Viento Arriba” y luego seguiría
con “De vuelta y media” en 1946, “Azulejos” en 1953 y “Tropilla Surena” en 1967, que tendría en 2008 una reedición.
Chascomús, 1940
Si Boloqui no hubiera decidido ya la publicación de sus poesías gauchas, de seguro lo habría hostigado para que lo hiciera.
Por especial deferencia, he tenido la suerte de gustar el encanto de sus rimas, impregnadas
de un puro sabor criollo, que es fuente de nobles enseñanzas, esencia de nuestra nacionalidad y veneno inagotable de arrestos varoniles, cada vez que más lejos del sentimiento de los argentinos porque el alma de nuestro pueblo
en lugar de nutrirse, se deforma bajo la influencia de corrientes extrañas y el afán utilitario de mentidos cultores de su acervo artístico.
Los que vivimos en el clima espiritual de la tradición, aferrados a sus principios
morales, tenemos el deber de sacar a luz y pregonar con entusiasmo los méritos de los que surgen en el cancionero nativo porque serán otros tantos mantenedores del fuego sagrado en la hermandad del criollismo.
Pero
Boloqui no es un recién iniciado. Hace tiempo que su lira gaucha, viene desparramando la armonía de sus inspirados versos...
ir al libro
Chascomús, 1946
“En esta colección de poesías gauchescas, el autor residente en Lezama provincia de Buenos Aires, ha logrado el acento auténtico del género, con los rumbos que señalaron los modelos más ilustres, y la facilidad ingeniosa que es propia de sus personajes.
Solo alguna pagina, como la titulada “Prendas gauchas” puede desentonar, por su inoportuna finalidad, extraña al plan general de la obra.
“Plata e pobre”, “Bagualada”, “Cara negra”, “Senciyito”, y otras composiciones
de análoga inspiración, dicen toda la actitud de este cantor de la tradición nacional.
Con los ojos llenos de visiones recogidas en el paisaje inmenso, sobre mirar para adentro y llegar a la intimidad recóndita, donde la
ternura palpita en el afán de trocarse en homenaje generoso.
Toda la sugestión de la llanura y la...
ir al libro
Chascomús, 1953
DEL DIARIO “LA NACIÓN” (DE LA CAPITAL FEDERAL)
Bajo el patrocinio de un juego muy gaucho, la taba, ha puesto el autor en esta nueva colección de poesías gauchescas. Y lo ha hecho, “Pa que aprieten y copen los que
charlan. Que no quedan más criollos ni pa muestra”.
Como lo dijimos en un comentario anterior acerca de la poesía del señor Bolqui, sus expresiones finas e ingeniosas prueban grande agudeza para penetrar en la ternura de
la gente campesina y trocarlas en belleza poética.
Agrega a tan señalada condición la gracia de la expresión; porque son muchas las formas donosas que se suman al muy valioso aporte que constituye el recoger con fidelidad
las modalidades regionales para el mejor conocimiento de las costumbres en la sugestiva llanura argentina, con lo que ilustra el juicio acerca de lo gauchesco, cepa de nuestra nacionalidad. Mitre fue el primer poeta que recogió
en lengua culta el poema de Santos Vega para liberarlo de las deformaciones de la tradición oral. Y ese memorable suceso en la literatura argentina perdura aún en páginas como las presentes, pues su autor siente el desmedro de
lo foráneo, con la presencia del forastero Juan Sin Ropa.
Y en medio de la riqueza lírica, fuertemente atraído por las cuitas mas intimas del espiritu, defiende, con verso...
ir al libro
Lezama, 1967 y reedicion 2007
HACE más de veinte años que Pedro Boloqui viene expresando en versos su devoción por los hombres y las cosas de nuestra tierra. “Tropilla Sureña” su último libro que ha tenido la gentileza de dedicarme, incluye los mejores pingos salidos de su diestra
mando de Domador, que le permite someter las ideas a las exigencias de la métrica y de la rima, sin despojarlos de ese impulso primario que es prueba de autenticidad. El autor de “Viento Arriba” posee una indudable fuerza descriptiva.
Esa aptitud y un cabal conocimiento de los temas que aborda, le han permitido lograr paginas como “Escuela Gaucha” que juzgo un acertado retrato de la faena en que el gaucha hace derroche de destreza y de coraje.
Pedro Boloqui es además un profundo conocedor de la psicología y de los sentimientos del hombre de campo, según puede apreciarse en “Bagualada”, una de sus más difundidas producciones. Deseo por último dejar constancia de mi reconocimiento
por su honrosa dedicatoria y comprometer al poeta para que nos siga regalando las artísticas expresiones que fluyen de su espíritu, destinadas a exaltar la vida, las costumbres y los valores del ciollo sureno.
ir al libro edición 1967
ir al libro edición 2007